martes, 30 de agosto de 2016

Cuando eres el coco de los hombres ¿Asusto a los hombres o ellos me asustan a mí?

Personalmente y  durante mucho tiempo profesaba ciegamente  que yo era un coco para los hombres, me creía de este selecto grupo de mujeres lectoras, intelectuales, independientes que “asustan a los hombres”  y antes de que me lapiden algunas mujeres y algunos hombres quiero dar a conocer mi punto de vista sobre este tema; como siempre las verdades absolutas no existen y no intento convencer a nadie de nada esto es  solo una idea que se me cruzó por estos días.
  
 Yo realmente dudo que un hombre se asuste de una vieja inteligente, eso depende del perfil;  pero por ejemplo a  mí no me asusta un hombre que lea o que sea independiente, o que  se le encharquen los ojos viendo el tráiler de The Force Awakens  o que cocine,  al contrario me encanta....  y pensar que un hombre se asusta de  una mujer que  muestra un poco más de  “independencia” o “gallardía” me parece que es un poco estúpido,  es como si los rebajáramos a un nivel de cavernícolas que sólo ven  en las mujeres un vientre joven y fuerte  o un culo y unas tetas, eso sí de que los hay los hay, pero así como nosotras estamos desarrollando nuevas feminidades, los hombres también están generando nuevas masculinidades y créanme conozco muchos hombres que se mueren de ganas de que los  acompañemos a comprar ropa, a que les corten el pelo, a que les arreglen la barba,  hablar de ataques zombies y agujeros negros con sus parejas o hacer maratón de Star Wars acompañado de pizza y cerveza…. (Mensaje subliminal)

  ¿Pero saben cuál es el problema? O el que descubrí que es mi problema...   envío tantas señales contradictorias que el pobre hombre no sabe cómo tratarme y termina aburriéndose;  y es que es muy jodido si  una hora soy una dulce y tierna princesa que quiere que la consientan, a los 15 minutos  soy una “cabrona” que nadie domina y le interesa cero el contacto físico o las relaciones personales  y a los otros 20  soy una sumisa complaciente…… de verdad ¿quien carajos se aguanta eso???  nadie ¡!!¡!¡  LO SIENTO, PIDO DISCULPAS…. (Si, a los amantes inconclusos)


No mujeres dejemos de hacernos el pajazo mental de que los asustamos, habrá unos a los que sí pero si de 10 hombres con los que he salido 10 se asustan el problema no son ellos, el problema soy yo, así que la invitación es aceptar  lo que sentimos, no está mal ser una princesa, no se olviden de “Xena princesa guerrera”  lo uno no quita lo otro, si somos multiorgasmicas podemos ser multifacéticas pero ojo con calma, no mandando una cantidad de señales que el pobre  no entiende  y sobretodo hablando claramente con el hombre que tenemos  en el radar, no mandemos una publicidad engañosa de ser rudas, si por dentro somos unas princesas asustadas con el corazón en la mano,  más bien eduquemos  a esa princesa, creemos las estrategias necesarias para que no sufra, pero no  juguemos a  esa dicotomía mamona de mostrar algo que no somos, o que por miedo nos neguemos a exhibir nuestra verdadera naturaleza.
 Yo estoy en ese proceso de aceptar que de vez en cuando me gusta que me consientan, de aceptar que tengo un lado débil muy débil y absurdamente cursi….. y  eso no está mal…….  En algún momento llegará un conjunto de rarezas que se junten con las mías,  eso sí espero  estar lista y enviar las señales adecuadas. 

Dulces y pervertidos sueños, hasta la próxima 

sábado, 27 de agosto de 2016

Carta abierta a un amante inconcluso

Esta carta no va dirigida a alguien en  especial, va dirigida a todos aquellos que alguna vez gracias a los azares del destino se cruzaron en mi camino o en mis sabanas, pero con los cuales siento que quedo un último café, una última palabra y en algunos casos un último beso… inconcluso, y es por la última palabra por donde quiero empezar

 Probablemente me faltó decir un gracias, gracias por devolver el brillo a mis ojos, gracias por hacer que mi cuerpo vibrara nuevamente, gracias infinitas por hacerme llorar de placer, gracias por romperme; gracias a ese  ruptura logré construirme de nuevo, tal vez con unas puertas más gruesas y candados más fuertes  y a lo mejor como en la bella durmiente me  encerré en un castillo cubierto por  zarzas y espinas, aunque  advierto ni bella ni durmiente…  tal vez se haga  más difícil que alguien siquiera intente   traspasarlo,  pero tranquilo,  si algo me enseñaste es que cuando es el indicado, cuando es la persona que hace bailar mi  cerebro, las espinas se desvanecen y  las puertas se abren como por arte de magia, suenan nuevas notas musicales que jamás en la vida pensé en tararear, sonrió  más de lo habitual y mi closet empieza a tener intrusos de nuevos colores como el gris, el rojo y el blanco, compitiendo con el lúgubre negro que abunda en él; gracias por clavar una lanza en mi costado izquierdo y hacerme levitar por dos segundos,  dos centímetros sobre sobre el suelo, probablemente no sepas cuándo fue,  pero yo ese momento lo tengo fijo en mi memoria, puedo recordar el lugar por donde estábamos y la frase que dijiste, la cual no puedo escribir… (por aquello de hacerlo un poco más… misterioso).

   También recuerdo  la emoción que sentí la primera vez que leíste algo para mí,  ese texto se ha convertido en una  de mis lecturas recurrentes y la voz que pasa por mi cabeza es la tuya… beso, beso, beso…  Aun se me eriza la piel y mis ojos se encharcan…..

 Si bien es cierto, que soy yo la que normalmente toma la iniciativa tanto para acercarme o desaparecer,  hay momentos en los que es sabio una retirada, aunque parezca todo lo contrario, se leer las señales y sé cuándo es el momento de  huir  (como las ratas)  pero recuerda de un ratón solo te puedes deshacer matándolo y no quieres que muera ¿cierto?.... Y probablemente cuando menos lo esperes  llegara un mensaje mío diciendo –hola,  solo pasaba a saludar, espero que estés bien y que tengas una bonita semana- y créeme que no es porque te esté buscando  para una noche de sexo sucio y salvaje…. 

No,  si  no aprovechamos el momento en el que la conexión se dio  ya probablemente no vuelva a suceder, solo que si tú en algún momento me hiciste feliz yo voy a tenerte en mi memoria por siempre o hasta que  el Alzheimer borre tu recuerdo….   De vez en cuando es bueno volver a pasear por  los lugares que nos hicieron felices, aunque estos creen un halo de nostalgia por lo que no fue o mejor dicho por lo que fue y ya no es…


En cuanto al café ese siempre lo voy a aceptar, el beso no prometo nada, como siempre sabes las reglas,  no espero nada, no ofrezco nada,   que la vida con su  humor negro decida lo que tenga que pasar, y  nos sorprenda cuando ya hayamos  perdido todas las esperanzas…. 

 Así como  fuiste un amante inconcluso lo más apropiado es que esta carta quede inconclusa aún tengo muchos recuerdos, muchas sensaciones, muchos agradecimientos y aun muchos más amantes inconclusos que encontrarme en la vida como para darle a esta carta  un final tan...…