Angustia por un riesgo o daño real o imaginario.
RAE
No les ha pasado que una tarde común y silvestre se encuentran un conjunto de rarezas que conjugan
celestialmente con las suyas…. pues bueno cuando a mí me pasa eso, mi cuerpo tiene una reacción única, ¡!¡!¡!¡dar
vueltas en círculos, agitando los brazos, gritando ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué
hago? ¿Qué hago? ¡!¡!¡!¡!¡¡!!¡!¡
Creo que me deje
llevar, pero si, cuando conozco a
alguien con quien tengo cierta sintonía, me da miedo, literalmente me tiemblan
las manos, no puedo sostener la mirada y generalmente tengo una sonrisa de
idiota en la cara….
¿Miedo? Si miedo, me
da miedo perderme en color café de sus ojos, miedo a las conversaciones profundas
y “bizarras” de media noche, le temo a la forma tan fácil en que se mete
en mis pensamientos, miedo a las innumerables veces que lo he visto en sueños.
Miedo al ¿y ahora qué? Que se
supone que se hace, jamás se si uno debe decir lo que siente o no, miedo a lo
se supone que deba pasar, miedo a que al contacto de la piel la magia se
acabe, o que por el contrario sea más
intensa, miedo a lo que siento en mis vísceras
cuando leo sus líneas, miedo a que sea
ese infierno que deja huella, que hace vibrar los sentidos, que rasga el alma…
Miedo a que en el fondo no se que es lo que me inspira, miedo a que unos días lo veo como una persona sumamente interesante y otros como un completo idiota, miedo a que aun no entiendo que es lo que peor que pueda pasar.
Aunque realmente
mi mayor miedo es que yo no le inspiro una cuarta parte de lo anterior
descrito, y que al igual que con muchos de mis profesores, usted solo será un amor platónico, un
bonito recuerdo, una anécdota que contar, un pensamiento recurrente que a ni
amante inconcluso llegará.
Dulces y pervertidos sueños