Resulta pasa y acontece que usted encontró un conjunto de
rarezas interesante, “agradable a la vista” con el que hay cierta química extraña,
pero ese conjunto de rarezas no tiene
nada, nada que ver con las suyas……
Dice el adagio popular que “la perseverancia logra lo que
la dicha no alcanza….” pero será que si
es suficiente, o es preferible ser sincero y decir, nuestras diferencias son
tan pero tan abismales que lo más
probable es que nos hundamos con ellas, o reconocerlas y hacer, no sé, una especie de DOFA, si ese que le ponían hacer
a uno en la clase de economía y que uno
siempre odio.
El asunto va a que
en estos casos hay una delgada línea de tiempo, en el que tiene que pasar algo que mantenga o acabe la química, si no puede que pase lo peor, que termine uno metido en la “Friend Zone”. A mí en muchas ocasiones me ha pasado, termino
siendo la mejor amiga de muchos de mis amores platónicos, y es muy triste que
se pierda la oportunidad de una experiencia bonita, romántica, erótica o hasta desastrosa por falta de
acción, y no solo de los hombres, de nosotras también, de vez en cuando se vale
robar un beso o decir: si, usted me
encanta.
Lo cruel es que muchas veces nos equivocamos leyendo
las señales que manda el susodicho (a) y es que en esta época de virtualidad la
cortesía muchas veces es confundida con coqueteo. Yo soy una idiota leyendo eso
pero hay a mi parecer 3 que son claves; ambos toman la iniciativa para hablar así sea por chat, hay llamadas telefónicas,
no solo chat y cuando uno se ve con esa persona la despedida
se torna difícil.
Entonces supongo que lo más sensato en este y otros casos
lo que uno debería hacer es poner las cartas sobre la mesa, y decir: ¿Que
carajos quieres de mí?
Pero aunque esto sea saludable le quita todo los bonito,
toda la magia a lo que sea que esté pasando, ni siquiera me refiero a una
relación, me refiero a la interacción, ¿vale
la pena arriesgarse? y no es que piense que las interacciones sociales solo
deben darse con pares, no, al contrario ese tipo de diversidades son las que
generan Big-Bang mentales; pero hay
momentos en los que uno siente que las palabras no alcanzan para construir ese puente
invisible para acercarse a ese alguien.
Tantas veces guarde en silencio lo que sentía, o lo que
pensaba por miedo a, pero ahora me doy cuenta que lo peor que puede pasar es
guardar silencio y ahogarse en un mar de palabras.
Dulces y pervertidos sueños
RatonaVainilla